martes, 28 de febrero de 2012

Chagall, Bella y las flores...

Florero delante de la ventana, 1959


Después de ver la exposición de Chagall organizada por el Museo Thyssen-Bornemisza y Fundación Caja Madrid en Madrid, nos sentimos como uno de los personajes de sus cuadros que sobrevuelan la ciudad: estamos flotando...

"No me gustaría ser como los otros; quiero ver un mundo nuevo", dijo el pintor en sus tempranas memorias, Mi vida, escritas con apenas 35 años. Un mundo insólito, un mundo en el que los novios tienen cabeza de asno, las vacas tocan el violín, los ángeles viven en la tierra, y hay flores, muchas flores por todas partes...

Ramos monocromáticos, ramos de colores imposibles, ramos grandes y pequeños, ramos silvestres; flores en jarrones, flores que se entregan, flores suspendidas...

Sueño de una noche de verano, 1939




















El circo rojo, 1956-1960




















La novia de las dos caras, 1927






































































Una delicia para los sentidos y una fuente de inspiración inagotable. No puede ser una coincidencia que su amor se llamara Bella, Bella Rosenfeld. Y que cerca de ella siempre haya pintado Chagall flores...


El cumpleaños, 1915

No hay comentarios:

Publicar un comentario