Hay veces que un grupo de gente estupenda se congrega en un lugar y en un momento particular y algo mágico ocurre...
El fin de semana del 22-24 de junio tuvimos ocasión de disfrutar de uno de estos instantes decisivos (si se nos permite robarle a Cartier-Bresson la expresión).
Una casa maravillosa en el campo, hamacas, instrumentos musicales,comida, bebida y amigos.
Mucha naturaleza: cerezos, guindos, ciruelos, castaños de indias, tilos, rosales, hortensias, falsas orquídeas, esparragueras, tomateras, lechugas...
Y por la noche, una hoguera para quemar los malos augurios.
No se nos ocurre mejor plan para empezar el verano.
Gracias Mahor y Richi :-)
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